Hemos llegado al ¿cómo?
Será necesaria una primera toma de contacto, a través de una entrevista personal en la que podremos conocernos y ver que te está sucediendo o, si no sabes que te ocurre, mediante preguntas exploraremos tu historia personal y en qué momento de tu vida te encuentras.
Crearemos el clima de confianza necesario para que te sientas en un espacio respetuoso y neutral, en el que puedas abrirte, a tu ritmo, y compartir los temas y experiencias que te han influenciado o que están afectando en tu vida en el momento actual.
Decidiremos cuál es el objetivo y por donde comenzar, y veremos si es necesaria una Terapia de Proceso, en el que iremos trabajando los temas uno a uno, o bien se trata de mejorar en un área o tema concreto, en cuyo caso utilizaremos el coaching y fijaremos los objetivos y el número de sesiones.
La metodología consiste en combinar una parte de exploración, a través de la conversación, con el trabajo energético, para ayudar a que se liberen los posibles bloqueos. La combinación de ambos métodos hace que la terapia sea fluida, que se relaje el sistema nervioso y se favorezca la apertura interna, la toma de conciencia y el «darse cuenta».
Imagina una lámpara por la que circula la corriente eléctrica. Con el día a día, estás más pendiente de lo de fuera, que de lo que pasa en tu interior y necesitas. Llega un momento en que te sientes desconectad@, como si te hubieras desenchufado de la electricidad, y empiezan las dudas, o bien vas perdiendo el rumbo y el sentido de las cosas. Durante y después de una sesión notarás que recuperas la conexión contigo mism@, percibirás una sensación de bienestar y tendrás la sensación que estás en el buen camino.
A través del sueño, se integrará el trabajo realizado en la sesión gracias al trabajo energético. Y hasta la próxima visita podrás poner en práctica las tareas que hayamos pactado y ver que te ocurre al llevar a cabo esas experiencias.
Te invito a seguir leyendo y ver en qué consisten las diferentes terapias de las que te he hablado.
«Las cosas más bellas y mejores en la vida no pueden verse ni tocarse pero se sienten en el corazón».
(Helen Keller).