La importancia del vínculo

La importancia del vínculo

Es innegable que las personas somos seres que necesitamos forjar vínculos afectivos ya que biológicamente estamos programados para ello. Según el psiquiatra inglés John Bowly  el vínculo afectivo es una necesidad primaria y empieza con el nacimiento. Los primeros lazos entre el niño y la madre o quien hace su función, son el medio que tiene el niño para desarrollar la seguridad necesaria para poder explorar a su alrededor y ser autónomo.

Su sucesora Maria Ainsworth confirma la teoría de que es una necesidad primaria, pero a través de sus estudios con madres y bebes, afirma que el vínculo afectivo se establece antes de nacer, es decir en el momento en que una pareja decide tener un hijo. Esta afirmación nos lleva a tener en cuenta el deseo que tiene el niño de nacer y el contexto en el que viven sus padres.

Este vínculo afectivo se continuara desarrollando durante el embarazo y el primer y segundo año de vida. Esa dependencia de los bebes hacia sus padres es lo que hace que se generen los llamados vínculos de apego.

Desde el momento del nacimiento estamos influidos por el sistema familiar y de pareja que va a influir profundamente en nuestro desarrollo emocional y psicológico de adultos y en la forma de relacionarnos.

La calidad de los vínculos amorosos van muy de la mano de los diferentes tipos de apegos  y estos vienen determinados por las estrategias que adoptamos en la infancia para sentir seguridad por parte de nuestros padres o cuidadores.

Para entender un poco más como somos,  como nos vinculamos con los demás y el tipo de pareja que atraemos vamos a ver los 4 tipos de apego que han sido identificados a día de hoy.

Como hemos dicho y no podemos perder de vista, estos están directamente relacionados con la infancia y influyen de forma muy directa en la forma de vincularnos con los demás, padres, amigos, conocidos y con nuestra pareja,

Cuáles son los tipos:

1.- Vínculo afectivo de apego seguro.- son personas que en la infancia pudieron confiar en sus figuras de apego y llegaron a sentir que podían confiar en ellos cuando los necesitaban y se creó un vínculo de seguridad y confianza.

  • Tienen recuerdos positivos de su infancia
  • Son personas confiadas, abiertas, con una buena autoestima e independientes
  • De entrada confían en los demás
  • Son curiosas, flexibles y  con un nivel alto de tolerancia a la frustración

En la pareja, confían en ella y no sienten celos o inseguridades. Son relaciones basadas en la confianza y el respeto. Suelen ser fáciles y fluidas donde ambos tienen sus espacios e intereses, aunque también comparten intereses comunes. Disfrutan tanto de pasar tiempo juntos como tener espacio personal.

2.- Vínculo afectivo de apego ambivalente.- también llamado dependiente o preocupado, se caracteriza porque en la infancia sintieron inseguridad a la hora de poder confiar en sus figuras de apego. No siempre estaban disponibles o cubrían sus necesidades.

  • Sienten ansiedad o preocupación ya que no se sienten suficientemente queridas, por lo que de forma habitual buscan aprobación en el exterior y tienen miedo a ser rechazadas o abandonadas.
  • Son personas inseguras y con baja autoestima
  • Demandan mucha atención y son dependientes de la valoración de los demás

En la pareja, sienten desconfianza hacia la pareja, pero la necesitan para sentirse bien a nivel emocional. Buscan la pareja como un medio para sentirse completas. Suelen tener problemas de celos y suelen ser relaciones difíciles con altibajos emocionales. Cuando la pareja tiene sus planes e intereses y no está permanentemente pendiente se sienten abandonados y no  queridos.

3.- Vínculo afectivo de apego evitativo o huidizo.- en la infancia no era importante que le cuidara su progenitor primario o un desconocido. No han podido generar el vinculo ya que de muy pequeños, cuando han confiado en sus padres han sido castigados o ha habido menosprecio o abuso emocional.

  • Establecen relaciones de distancia emocional y son solitarios.
  • Suelen ser personas mentales que dan valor a los logros y niegan la parte emocional
  • Han creado una personalidad rígida para no conectar con la emoción ya que esta podría desestabilizarlos y perder el control
  • Cuando aparecen dificultades no se responsabilizan y huyen

En la pareja, se sienten agobiados con las demandas de esta y se mantienen alejados. Tienen dificultades para estar cómodos en la intimidad y generar vínculos profundos. Priman los objetivos mentales sobre lo emocional y creen que las relaciones personales están sobrevaloradas.

4.- Vínculo afectivo de apego desorganizado.- en la infancia hubo maltrato y/o abusos, los cuidadores provocaban miedo o temor y al mismo tiempo eran necesarios, pero el niño no podía recurrir a ellos en busca de apoyo y seguridad. Es el más disfuncional y el que genera más problemas en la adolescencia y en la edad adulta.

  • Al no haber podido confiar en sus cuidadores, no confían en nadie y sienten que se las han de apañar solos
  • Buscan el contacto físico y poca conexión mental
  • No reconocen las situaciones de peligro o alarma, y normalizan las situaciones de abuso, maltrato emocional, psicológico o incluso físico
  • No tienen un modelo de referencia de vínculos sanos y de respeto

En la pareja.- acaban atrayendo relaciones similares a las de su infancia, en las que hay maltrato de algún tipo o abuso porque es lo que han normalizado. Son relaciones que comienzan por la parte física y esa es la pata más importante de la relación. Confunden amor y afecto con sexo. Generan mucho sufrimiento emocional y psicológico y sentimientos de desesperanza.

Bien, una vez llegados a este punto, es importante ver que los vínculos con los demás y con nosotros mismos son la piedra angular de nuestro bienestar y desarrollo vital y por ello es muy importante tomar conciencia de cuál es el modelo de vinculo afectivo de apego que hemos construido. Lo primero es identificarlo y ver cómo encaja en nuestra historia personal a lo largo del tiempo, para luego poder trabajar a nivel personal sobre el.

De adultos podemos hacer un trabajo personal sobre nuestra autoestima, como nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás para poder crear vínculos sanos que nos aporten bienestar y felicidad. No somos prisioneros de nuestra historia personal y podemos cambiar nuestra forma de relacionarnos, haciendo consciente lo que queremos y lo que no y comparándolo con nuestra realidad.

Te invito  a hacer este trabajo, que aunque te resulte un poco incomodo, te llevara a definir qué es lo que quieres y lo que no para tu vida y a ir en esa dirección.

 

 

 

 

Compartir: